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viernes, 24 de febrero de 2012

Sergio González López

Sergio González López
Aguada de Pasajeros, LV, 29 Octubre 1921 - Habana, 18 Marzo 1958







Nacido en Aguada de Pasajeros, el 29 de octubre de 1921, huérfano de padre desde muy niño, y como consecuencia de la atmósfera religiosa familiar, Sergio, apenas un adolescente, fue enviado al Seminario de Santiago de Cuba a cursar estudios eclesiásticos, como antes lo fueron sus hermanos. Estudios que ninguno de ellos terminaría.
Próximo a concluir el año 1945, casado ya con la villareña Gladys Vergara, ingresa en la Havana Electric Railway Co., como inspector de registro (inspector secreto), con carácter suplente, en los tranvías operados por dicho monopolio norteamericano.

En la imprenta de su hermana Delia, localizada en la antigua Plaza del Vapor, se encuentra laborando al producirse el go|pe militar del 10 de marzo de 1952.

Asiduo visitante al local del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), Sergio irá conociendo y profundizando sus relaciones con hombres como Gustavo y Ángel Ameijeiras, Machaco, Gerardo Abreu, Fonfán, y otros que, convencidos de la necesidad de esgrimir las armas contra la tiranía, buscaban o cultivaban el contacto con sus iguales.

Promulgada la amnistía de los moncadistas, bajo la presión de las masas, Sergio González López pone la imprenta a disposición del Movimiento, y, junto a Ñico López y Gerardo Abreu, Fonfán, participará en la constitución de las primeras Brigadas Revolucionarias del 26 de Julio en la capital.

Detenido por primera vez por las fuerzas represivas de la tira¬nía el 6 de noviembre de 1956, y puesto en libertad, permaneció acuartelado en su imprenta, junto con otros compañeros en víspera del alzamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba y del desembarco del "Granma".Respetado por su vitalidad, su optimismo, su entrega fotal a la causa, su austeridad en el manejo de los fondos del Movimiento, su influencia bienhechora sobre distintos capitanes del 26 en los diferentes barrios de la capital, su figura se agiganta.

Detenido el 10 de mayo en relación con la fábrica de bombas localizada por la policía en la calle Gloria, fue remitido al Castillo del Príncipe.

En la cárcel, Sergio libra junto a Gustavo y Machaco Ameijeiras, Faustino Pérez, Arísfides Viera, Rogelio Perea, Rogito y varias decenas más de aguerridos combatientes de la clandestinidad, la que posiblemente podría calificarse como la más exitosa de las acciones realizadas en 1957 por los combatientes del llano en la ciudad de La Habana: la huelga de hambre de los presos políticos del Príncipe, librada entre el 16 de julio y el primero de agosto de ese año.

En esta huelga participaron más de 70 compañeros en El Príncipe, secundada además, por presos políticos de !as prisiones de Pmar del Río y de la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba, Y por alumnos de la Escuela de Comercio de la capital, y por dos compañeras revolucionarias, presas entonces en el Vivac de Mujeres de Mantilla.

La huelga, iniciada en protesta por los abusos y atropellos de que eran objeto los presos políticos de Isla de Pinos, provocó también la adhesión de diversos núcleos obreros en el país, motivó la publicación en la prensa nacional de cientos de declaraciones apoyando las demandas de los huelguistas, apelaciones de algunas instituciones al cardenal Arteaga y al "presidente" Batista, en aras de dar solución a los hechos que motivaron la huelga, la visita del Presidente del Tribunal de Urgencia y del Supervisor de la cárcel habanera a los huelguistas, en demanda de que abandonaran la huelga cuyo sostenimiento prolongado llegó a hacer temer por la vida de más de diez revolucionarios; y en el caso de Sergio González López, El Curifa, le dio la oportunidad de escribir una de las más luminosas carias que padre alguno haya escrito a un hijo, en respuesta a unas líneas que su hijo mayor, de entonces doce años, le enviara pidiéndole, inocentemente, que abandonara la huelga, al temer por su vida.

"Si fueras tú el que estuvieras en esta lucha preferiría mil veces que murieras en ella a que fueras un cobarde o desertor o un traidor. Si yo muriera por esta causa tú tendrías que sentirte orgulloso de mi; pero si por cobarde la traicionara, cuando fueras grande tendrías vergüenza de decir que eres hijo mío", escribirá Sergio a su hijo.

Transcurrido los años, podemos aseverar que orgulloso estaría el autor de esta frases en la actualidad, de ver no sólo a su hijo mayor, hoy intemacionalista sino también a sus otros tres hijos: Reinaldo, Richard e Isabelita y a su viuda Gladys, elementos activos, de nuestra Revolución.

Fugado Sergio de la prisión el 22 de octubre de ese año, a los tres meses de concluida la huelga, asumirá, por órdenes superiores, la responsabilidad de Jefe de Acción y Sabotaje en la antigua provincia habanera.

En menos de 40 días se impregna de extrema actividad el territorio. Se producen, ininterrumpidamente, ajusticiamientos de esbirros, estallidos de bombas y petardos, quema de cartas con fósforo vivo en ios buzones de Correos, voladura de tramos de vías férreas, quema de cañaverales, apagones en amplias zonas de la capital al dinamitar transformadores, el estallido de cien bombas en una sola noche.

Sergio no sólo dirige, sino que, gustando de probar e iniciar ccmpañeros en la acción, participa, luego de ser nombrado Jefe de Acción y Sabotaje, en no menos de 20 acciones.

Concibe entonces un plan mediante el cual crearía condiciones objetivas y subjetivas para convocar a la Huelga General Revolucionaria que se preveía como el colofón de todo el proceso insurreccional para alcanzar la victoria.

El plan incluía el estallido de una bomba en la conductora de agua del Acueducto de Vento, el incendio del tanque 241 de la refinería de la Esso Standard Oil, en Guanabacoa (Belot), el asalto e incendio de cheques y documentos en la Caja de Compesaciones del Banco Nacional de Cuba, e! incendio de miles de pasquines del candidato presidencial de la tiranía, le voladura de las plantas eléctricas de Tallapiedra y Regla, el asalto, ya a Oscuras, de diversas estaciones de policía, y la toma de un conjunto de iglesias cuyas campanas se harían repicar ininterrumpidamente de inmediato llamando al pueblo a la huelga.

El 18 de marzo, alrededor de la una de la farde, Sergio es sorprendido y detenido por sicarios de! Buró de investigaciones en el apartamento 7 de la calle K, número 420, en el Vedado.

Conducido al Buró de Investigaciones fue sádicamente torturado y mutilado.

Su cadáver, junto a los de los jóvenes revolucionarios Bernardino García, Motica y Juan Borrell, quienes coincidieron con él en las celdas en que fueron torturados, fue tirado cobardemente el dja 19 en el reparto Altahabana.

Sus hijos y la que fuera su esposa y compañera de luchas encarnan dignamente los ideales, formas de vida y objetivos por los cuales Sergio vivió y entregó su vida. Su pueblo, los obreros a quienes como clase supo defender, construyen, sobre los cimientos fraguados por él, la sociedad con cuya materialización soñó. Erguido andará siempre Sergio, codo a codo, junto con quienes como él, según postulara Martí: "aún después de muertos dan luz de aurora".

(Tomado de de Florentino González en Juventud Rebelde, 17 marzo 1988)



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